Aunque como ya he dicho en más de una ocasión no soy precisamente un melómano, tengo como cualquier hijo de vecino mis preferencias musicales, y el jazz es uno de los pocos géneros que me interesa de forma global. Esto es, que sigo con mayor o menor atención según el momento pero por el que mantengo un interés constante que me lleva a recuperar los clásicos incontestables del género así como descubrir nuevos valores del mismo.
Jelly Roll Morton
Por tanto, para mí y para cualquiera que se encuentre en las mismas circunstancias una obra como Esto es jazz, que acaba de editar Alianza, es un instrumento de valor incalculable. El subtítulo Los 101 + 101 mejores discos de la historia ya puede darnos una idea de por dónde irán los tiros, pero por si acaso dejemos que sea el propio autor, Chema García Martínez, quien lo explique: "Internet (...) constituye una fuente de información abrumadora aunque no selectiva ni fiable, o no siempre. La información prima sobre la reflexión; el detalle sobre la visión de conjunto. Falta la imprescindible perspectiva histórica. Manda el caos. Lo que es cierto en cualquier caso, pero más, si cabe, en cuanto tiene que ver con una música rica en variantes que es preciso colocar en un cierto orden lógico si se quiere que el lector llegue a alguna conclusión razonable". Posteriormente, añade: "Llegar hasta la presente selección (...) ha constituido un proceso lento y doloroso, tanto como pueda imaginarse. ¡Cuántas obras maestras indiscutibles se han quedado inevitablemente por el camino! (...) En situaciones extremas, uno se deja guiar por una combinación de factores que le ayuda a tomar la decisión más conveniente en todo momento. En el caso que nos ocupa, tales factores fueron, en primer lugar, la jerarquía artística del disco en cuestión, además de su relevancia histórica y, no menos importante, su disponibilidad".
Y es que uno de los impulsos que mueven al autor, y que comparte con el músico Joachim Kühn (que firma el prólogo del presente libro), es el coleccionismo (en este caso, de vinilos de jazz) y, por extensión, el fetichismo. En estos días en los que la música ha perdido el envoltorio que la sustentaba, casi todo lo que se escucha es en formato MP3 e imperan las descargas -legales o no- de la red, la de García Martínez parece una postura romántica más propia de otro tiempo. Sea como sea, su opción a contracorriente da pie a un libro que servirá al lector como guía para no perderse en las procelosas aguas de ese océano aparentemente sin fin que es el jazz.
Charlie Parker
Así, el grueso de la obra lo compone una selección en orden más o menos cronológico de 101 + 101 discos emblemáticos del considerado por muchos el género musical más importante de los nacidos en el siglo XX. Y no se trata de 202 discos, aunque parezca lo mismo: el autor elige un centenar más uno como los vinilos más relevantes de su particular e intransferible historia del jazz, y acompaña a cada uno de ellos con otro más con el que lo relaciona a veces atendiendo a razones más o menos peregrinas.
Así, la selección de García Martínez se abre con Birth of the Hot de Jelly Roll Morton, acompañado de Louis Armstrong with King Oliver, y se cierra con Sound Grammar del inclasificable y sorprendente Ornette Coleman... junto con Bach now! (Live) de, precisamente, Joachim Kühn. Entre uno y otro, músicos que ya son mitos de la historia del jazz como Sidney Bechet, Duke Ellington, Coleman Hawkins, Lester Young, Oscar Peterson, Billie Holliday, Ella Fitzgerald, Nat King Cole, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Stan Getz, Miles Davis, Chet Baker, Art Blakey, John Coltrane, Bill Evans o Dexter Gordon; o discos de jazz tan incontestables como Birth of the Cool, el inevitable Kind of Blue (considerado por muchos como el mejor disco de jazz de la historia), Go, A Love Supreme, Ascension o Bitches Brew. Se aprecia, como verán, una indiscutible admiración por dos músicos como Miles Davis y John Coltrane, aunque de este último, personalmente, eché a faltar Blue Train; al menos sí se recogen sus maravillosas colaboraciones con el pianista Thelonious Monk y el cantante Johnny Hartman.
Ornette Coleman
Entre la selección, cabe mencionar la aparición de dos bandas sonoras emblemáticas de la relación de este género musical con el cine. Me refiero a la música de los filmes Ascensor para el cadalso de Louis Malle y Shadows de John Cassavetes compuesta respectivamente por Miles Davis y Charles Mingus; así como también el soundtrack de Calle 54, el documental musical de Fernando Trueba sobre el latin jazz. Referencias a las que podría añadirse The Köln Concert de Keith Jarrett, utilizado sabiamente por Nanni Moretti en su obra maestra Caro diario.
Cada disco en cuestión viene comentado por citas de algunas autoridades en la materia, entre ellas José Ramón Rubio, Juan Claudio Cifuentes 'Cifu', Miquel Jurado, Federico González o el propio autor, o de los mismos músicos (hablando de sus propios discos o los de sus colegas). Incluso se recurre a fragmentos de obras literarias (como La vuelta al día en 80 mundos o El perseguidor de Julio Cortázar) u opiniones de aficionados célebres por su labor en otros ámbitos artísticos (caso de los cineastas Woody Allen, también músico de jazz, y el ya fallecido Julio Coll; o del escritor argentino Marcelo Cohen), además de por referencias bibliográficas que servirán al lector para ampliar la información si así lo considera.
Joachim Kühn
En definitiva: Esto es jazz de Chema García Martínez viene a ser una guía indispensable para los aficionados al jazz. Y sé que no es esta última valoración un juicio sorprendente, pero no se me ocurre mejor manera de definir la presente y muy recomendable obra.
Esto es jazz
Los 101 + 101 mejores discos de la historia
Chema García Martínez
Madrid, Alianza, 2012
232 pp. - 16 €
(+) Jazz y otras hierbas (Blog de Chema García Martínez)
Me encanta el jazz...
ResponderEliminarUhm, interesante. ¿Y qué me decís de 'Put Your Back N 2 It' de Perfume Genius? Escuchadlo, es un disco muy a tener en cuenta. Saludos!!!
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