martes, 3 de abril de 2012

La Semana de Grant Morrison: El Asco



En la segunda mitad de la década de los 80, la por aquel entonces directora de DC Comics Jenette Kahn se propuso reclutar a varios de los guionistas británicos que habían llamado la atención de la crítica y de los lectores del Reino Unido en las páginas de la mítica revista 2000 AD o en sus trabajos para la división inglesa de su máxima rival, Marvel Comics. El buque insignia de esta nómina de guionistas fue, por supuesto, Alan Moore, pero gracias a esta iniciativa editorial (que, entre otras cosas, acabaría dando pie a la creación del sello Vertigo en 1993) también empezaron a publicar al otro lado del charco autores como Jamie Delano, Neil Gaiman, Peter Milligan... o el que estaba llamado a redefinir algunos personajes superheroicos tan icónicos como Superman, Batman o los X-Men, y con ello a revolucionar un tanto el adocenado panorama del mainstream: nos referimos, claro, a Grant Morrison.




El tratamiento del género superheroico llevado a cabo por Grant Morrison tanto en Animal Man como en Doom Patrol había dejado muy claro, tanto a DC Comics como a sus lectores, que su campo de acción lleno de restricciones se le quedaba corto al guionista británico para construir el discurso que más le interesaba, y que no era precisamente el ecologista que había primado en la colección protagonizada por Buddy Baker, el hombre con poderes animales.


Los Invisibles según Chris Weston,
el dibujante de El Asco


Así, y ya ubicada de lleno en el recién nacido (en 1993) sello Vertigo, frente a la conversión de los dos títulos citados en el párrafo anterior, nació la que muchos -entre ellos un servidor- consideran la obra maestra de su autor junto con Animal Man: nos referimos, claro, a Los Invisibles... una verdadera novela (gráfica)-río en tres volúmenes (divididos a su vez en 25, 22 y 12 entregas respectivamente sumando un total de 59 comic books) donde planteó una lucha sin cuartel entre las fuerzas del statu quo y una suerte de equipo terrorista que apostaba por los cambios sociales y cuyo nombre da título a la obra.




Teniendo en cuenta esto, no es difícil considerar a El Asco (Planeta de Agostini Comics), una maxiserie de trece números publicada entre agosto de 2002 y octubre de 2003, como una secuela conceptual de Los Invisibles en la que Morrison lleva hasta las últimas consecuencias dicho enfrentamiento entre el orden y el caos, y con él su discurso acerca de la naturaleza de la realidad... todo ello vinculado con una lectura metanarrativa del relato, al estilo de la ejecutada en el grueso de su estapa en Animal Man: esto es, el "cómic dentro del cómic" en versión Grant Morrison.




La acción de El Asco arranca el 23 de noviembre de 2001 siguiendo los pasos de Greg Feely, un individuo solitario, solterón por imposiciones de la vida, que trabaja en una oficina y que por las noches pasa el tiempo indolentemente sentado en el sofá frente al televisor consumiendo cine porno. El único vínculo emocional de su vida es el cariño que siente por su gato Tony, al que mima y que le sirve de interlocutor en lo que de otra manera no sería sino hablar solo continuamente.




Esta rutina da un giro de ciento ochenta grados cuando en su apartamento (y en su ducha) se cuela una atractiva mujer negra que le revela un hecho que él no está dispueso a aceptar de buenas a primeras: aunque parece no recordarlo, su nombre real es Ned Slade, y es un agente de La Mano, la subdivisión principal (de hecho, controla al resto) de El Asco, una organización secreta que opera desde un plano de realidad alternativo y que vela por el bienestar de la humanidad y la pervivencia del statu quo. Así, "Greg Feely" no sería sino una tapadera (una parapersonalidad, en la jerga de los agentes de La Mano) tras la que se oculta Slade después de haber abandonado el servicio activo.




A partir de ese punto, Morrison desarrolla una suerte de odisea de ciencia ficción paranoica en la línea de Philip K. Dick y, por extensión, la saga cinematográfica Matrix, en la que el autor de Mata a tu novio vuelve a plantear una duda (¿razonable?) acerca de aquello que consideramos "la realidad". Este rasgo, como comentábamos, emparenta El Asco con la anterior Los Invisibles, si bien (al menos en su plantamiento) aquí se giran las tornas: si en la serie protagonizada por el equipo de King Mob el statu quo representaba todo lo negativo de las posturas más inmovilistas y conservadoras, y los Invisibles se erigían en los héroes de un relato con claras reminiscencias del movimiento punk y, por qué no, las vanguardias europeas de los años 20, en El Asco las (escasas, por otra parte) simpatías del lector están en un principio con los agentes de La Mano, o al menos con el propio Ned Slade / Greg Feely, mientras que Spartacus Hughes, al que Slade y su comando deben detener y que representa las fuerzas del caos, y los que son como él se revelan como los villanos de la función.




Pero en El Asco todo es relativo, y conforme se avanza en la lectura de las trece entregas de la serie, el punto de vista parece cambiar, y el lector nunca sabrá con total seguridad a qué carta jugar, creando así Morrison un estado de paranoia constante muy de su gusto. Esto, y la sobreabundancia de ideas -el escocés se permite apenas citar alguna en un diálogo, desdeñándola, cuando en manos de otros autores podría haber dado pie a una obra autónoma por sí sola-, incrementa la dificultad que supone su lectura (un rasgo más que la vincula a otro relato de lenta digestión como Los Invisibles) y que hace de El Asco una obra no apta para todos los paladares.




Mención especial merece el apartado gráfico de la obra, con un Chris Weston cuya atención por el detalle puede recordar al trabajo de Brian Bolland -precisamente, el portadista de Animal Man-, y que aquí se ve apoyado por el espléndido entintado de Gary Erskine. Para terminar de dar forma al producto, no podemos dejar de citar los diseños de Carlos Segura para las trece cubiertas de la colección, una serie de ilustraciones conceptuales sin parangón en el cómic mainstream de entonces... y de ahora.




Así pues, y más allá de las dificultades que plantea y de que lo ambicioso de la propuesta pueda frustrar a más de un lector, El Asco se revela como uno de los pilares de la obra de Grant Morrison por lo que tiene de relato que pone en tela de juicio el tejido de la realidad (o así), las convenciones sociales y los límites entre el orden y el caos. Puro Morrison, vaya.


Título: El Asco
Autores: Grant Morrison (guion) / Chris Weston (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: junio de 2011
320 pp. (color) - 30 €

3 comentarios:

  1. Interesante.

    Estoy, poco a poco, introduciéndome en el tema de los cómics "de autor", y siempre viene bien saber de este tipo de referencias. Además, si encima está publicado en España, mejor que mejor.

    Cuando haya ocasión (y pasta) me agenciaré esta obra de Grant Morrison. Por cierto, que seguro que me equivoco pero este autor me suena que luego se ha pasado por los cómics de las casas más comerciales... Dc, me parece. ¿Puede ser o lo he soñado?

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  2. No lo ha soñado: su primer cómic comercial fue la "JLA" para DC, luego pasó a Marvel con "New X-Men", y luego volvió a DC para guionizar, entre otros, a Batman. De hecho, ha sido uno de los coordinadores del evento "52"...

    Gracias por la parte que me toca, y espero que disfrutes de la obra de Morrison. Un abrazo.

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  3. El gato, Tony! <3 <3 <3

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