Corren malos tiempos para el cine con denominación de origen británico: si hace unos días nos hacíamos eco de la desaparición del entrañable actor John Neville, hoy informamos del fallecimiento de uno de los realizadores, también inglés, más inclasificables de la historia del cine: Ken Russell.
Después de realizar un gran número de cortometrajes, la mayoría de índole documental para televisión, Russell debutó en la gran pantalla en 1964 con el largometraje French Dressing, pero no sería hasta finales de esa década que llamaría la atención con dos títulos: El cerebro de un billón de dólares, protagonizada por Michael Caine, y sobre todo Mujeres enamoradas, adaptación de la novela de D. H. Lawrence con la que su realizador consiguió lo que parecía imposible: una nominación al Oscar como mejor director con una película que hizo historia por romper un tabú como el del desnudo masculino frontal -de la mano de Alan Bates y Oliver Reed- en una cinta destinada a estrenarse en los circuitos de exhibición convencionales. Russell se quedó sin estatuilla, pero Glenda Jackson sí que logró la de Mejor Actriz Protagonista por su labor en el film.
Por aquella época, Russell pareció especializarse en biopics muy sui generis de compositores de música clásica: fue el caso de Tchaikovsky (encarnado por Richard Chamberlain en La pasión de vivir), Mahler (Robert Powell en La sombra en el pasado) o Listz (en Listzomania, encarnado por Roger Daltrey). Fue precisamente este miembro de la emblemática banda The Who quien dio vida al personaje titular de Tommy, la gran ópera rock creada por el grupo y llevada al cine por un Russell pletórico que contó con su actor fetiche de aquel momento (el ya citado Oliver Reed) y con una serie de músicos que ejercieron de actores, como Elton John, Eric Clapton o Tina Turner.
Fue por aquel entonces, en la década de los 70, que este realizador vivió su momento de mayor esplendor creativo, con cintas que siempre rozaban la polémica, y entre las que se cuentan también títulos tan recordados como Los demonios (según el caso histórico de "Los demonios de Loudon", expuesto por Aldous Huxley en su libro), El Mesías salvaje o Valentino, este último un retrato de la célebre estrella del cine silente al que encarnó el bailarín Rudolf Nureyev.
Durante los años 80, además de realizar la irregular La pasión de China Blue con Kathleen Turner y Anthony Perkins, Russell encontró en el cine fantástico un reducto donde dar rienda suelta a sus ya habituales y reconocibles desvaríos visuales: fue el caso de Viaje alucinante al fondo de la mente (según una novela de Paddy Chayevsky, con William Hurt al frente del reparto), Gothic (acerca de la velada durante la que se creó Frankenstein, y que dio pie a otras películas como Verano encantado o la magistral Remando al viento de Gonzalo Suárez) y La guarida del gusano blanco, alocada adaptación de una novela de Bram Stoker, el autor de Drácula.
En 1991 realizó la que sería su última película para la gran pantalla: Whore (Puta), donde retomaba un tema, el de la prostitución, que ya había reflejado en La pasión de China Blue, si bien aquí contó con el buen hacer de Theresa Russell encarnando al personaje cuyo oficio daba título al film. También durante aquel año realizó uno de sus telefilmes más conseguidos, Prisioneros del honor, sobre el tristemente célebre "Caso Dreyfus". Este trabajo, protagonizado por Richard Dreyfuss y el inevitable Reed, llegó a ser estrenado en cines en varios países, entre ellos el nuestro.
A partir de entonces, Ken Russell se limitó a trabajar en formato de vídeo y/o para la televisión que le vio nacer como profesional del sector audiovisual. Pero la personalidad que destiló en sus filmes durante los años 60, 70 y 80, y que le granjeó tantos admiradores como detractores, fue tal que todavía hoy, en el momento de su desaparición, se le recuerda, para bien y para mal, como uno de los cineastas más carismáticos de la historia del cine británico.
Henry Kenneth Alfred Russell, llamado Ken Russell, nació en 3 de julio de 1927 en Southampton, Hampshire (Reino Unido), y falleció en 27 de noviembre de 2011 en Lymington, Hampshire, (Reino Unido). Tenía por tanto 84 años. Descanse en paz.
¿Soy yo o los directores y actores se la han pasado pereciendo en todo este 2011?
ResponderEliminarKen Russell me apasiona.
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