miércoles, 9 de marzo de 2011
Tóxico: La estrella alucinógena
Hay creadores que, independientemente de la disciplina en la que desarrollen su labor, poseen un universo propio tan fácilmente reconocible así como constante en sus propuestas, que su público, si conoce de antemano dicho universo, sabe (casi) a ciencia cierta si la obra en cuestión va a ser o no de su agrado o su interés. En el ámbito del cine un ejemplo paradigmático de ello es la filmografía de David Lynch, repleta de espacios claustrofóbicos, iluminación mortecina, canciones de los años 50, freaks ocasionales y, lo más importante en la medida en que afecta directamente a la narración, saltos espaciotemporales e identidades confusas.
Algo de esto hay, saltos espaciotemporales e identidades confusas incluidos, en la obra de un autor de cómic al que, precisamente, se le ha emparentado en más de una ocasión con Lynch, si bien el canadiense David Cronenberg es otra de las referencias habituales. Por ello no es de extrañar que Charles Burns esté presente como objeto de estudio en uno de los ensayos incluidos en el volumen La Nueva Carne. Una estética perversa del cuerpo (Valdemar, 2002) compartiendo espacio con el citado Cronenberg, el ilustrador H. R. Giger, el fotógrafo Joel-Peter Witkin o el escritor y cineasta Clive Barker. En concreto, nos referimos a "Charles Burns. Psychotronic New Flesh Pop", lúcido ensayo con el que el especialista Rubén Lardín analiza la producción del autor de, al menos, una obra maestra incontestable del noveno arte: Agujero negro, a la sazón su título más conocido y representativo.
Dado el interés de la figura de Burns, siempre es motivo de alegría contar con una nueva obra suya, aunque como en el caso que nos ocupa esta sea todavía inconclusa: Tóxico, que estos días aparece en nuestro país de la mano de Mondadori, se anuncia como el primer volumen de "una obra épica de ficción gráfica a todo color" (sic), y de la que por lo menos se promete una segunda entrega con el título de La colmena. Pero aunque se trate de un álbum que termina in medias res, y sobre el que volveremos cuando se pueda leer la historia al completo, no queremos por el momento dejar pasar la ocasión de hacernos eco de su publicación dando buena cuenta de las sensaciones y reflexiones que nos ha provocado la lectura de estas primeras sesenta alucinantes (y alucinógenas) páginas.
Por supuesto, y tratándose de una narración 100% Burns, Tóxico despierta muchas más sensaciones que reflexiones, y todavía resulta complicado discernir cuál es el argumento convencional del álbum... si es que lo tiene. Pero pongamos en antecedentes al lector intentando proporcionar una sinopsis del álbum: el protagonista de la historia es Doug, un joven que ha sufrido alguna especie de trauma, por accidente u operación quirúrgica, que le causa ciertos trastornos de la memoria, así como lo obliga a guardar reposo en cama y a consumir ciertos fármacos; pero estos no consiguen liberarlo de las visiones que le asaltan por la noche mientras duerme: una de las más recurrentes es recibir la visita de Inky (de ink, "tinta"), el gato negro de la familia que murió atropellado siendo Doug pequeño, y que ahora se le aparece a este para guiarlo, como el Conejo de Alicia en el País de las Maravillas, al otro lado del agujero de la pared... donde le espera un mundo no muy distinto de la Interzona de la narrativa de William S. Burroughs, otra de las referencias que salen a colación cuando se habla de la obra de Burns en general o de este Tóxico en particular.
Pero no se le escapará al lector que, curiosamente, otro de los homenajes que se permite Burns en esta ocasión está dirigido a la figura de Hergé y, más concretamente, a su popular Tintín: desde la misma cubierta del álbum, con la presencia de un huevo blanco y rojo que remite poderosamente a la portada de La estrella misteriosa, el autor de El Borbah asimila el estilo del malogrado autor belga -ya se sabe: la célebre "línea clara"-... del que por otra parte su propio trazo no difiere en demasía pese a lo oscuro, opresivo y claustrofóbico de sus narraciones.
Por lo demás, y como sugeríamos al principio, todo aquel que siga y admire la obra de Charles Burns se sentirá como en casa leyendo el presente álbum: no faltan en sus páginas ni la mirada al mundo de la adolescencia y más concretamente de las relaciones sentimentales y sexuales entre jóvenes, que ya fueron el centro neurálgico de la inagotable Agujero negro, ni elementos fácilmente reconocibles como marca de la casa, desde las enfermedades a las conductas autodestructivas, pasando por el consumo de drogas o la confusión entre lo que es real y lo que no.
Por lo demás, y para ir concluyendo, un servidor ha de confesar su condición de admirador irredento de la obra de Burns, y por tanto mi recomendación en este caso ha de tomarse con todas las reservas: Tóxico no será del agrado de cualquier lector, y desde luego no es una lectura ni fácil ni (auto)complaciente, pero merece sobradamente el esfuerzo.
Nota bene.- Para profundizar más en la obra de Charles Burns se recomienda la lectura, además del citado ensayo de Lardín, del dossier monográfico que le dedicó la revista U, el hijo de Urich en su número 17 (julio de 1999), y que constaba de una larga entrevista al autor realizada por el traductor y editor Óscar Palmer, una bibliografía recopilada por Álvaro Pons y tres artículos firmados por Enrique Vela, Francisco Naranjo y Trajano Bermúdez. La revista desapareció e imagino que el fondo está agotado, pero con un poco de suerte podrá localizarse algún ejemplar atrasado en alguna que otra librería especializada.
Título: Tóxico
Autor: Charles Burns (guión y dibujo)
Editorial: Reservoir Books (Mondadori)
Fecha de edición: marzo de 2011
64 páginas (color) - 17,90 €
Justo al entrar al blog lo primero que he pensado es en "La estrella misteriosa" de Tintín XD
ResponderEliminarApuntado queda. Obra y autor que no conocía :)
Hola!
ResponderEliminar2 preguntas:
-Se puede encontrar ya en librerías?
-Cómo es la edición española?
Un saludo desde Córdoba.
Amigo Donnie:
ResponderEliminar2 respuestas:
- Se pone a la venta este viernes 11 de marzo.
- La edición es estupenda: tapa dura, tamaño álbum europeo, papel de gran gramaje, borde en imitación de tela.
De nada. ;-)
Gracias por la respuesta,Fran.
ResponderEliminarTan atento como de costumbre.
Por cierto,te agenciaste ya el Capturado de Neil Cross?
Un saludo.
Pues no, lo sigo teniendo pendiente... Le mantendré informado.
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