De Claudio Cerdán, lo primero que leí fue su relato "La hora de la siesta", que publicó en el volumen antológico Cosecha negra -donde tuve el honor de ser su compañero de generación literaria, por así decirlo-, y que dio lugar al cortometraje homónimo dirigido por él mismo.
Luego tuve el placer de leer El dios de los mutilados, una novela que pese a pertenecer a un género que no es precisamente de mi gusto -el sword & sorcery, o para entendernos mejor, la fantasía heroica-, el talento de su autor consiguió que la leyese entera casi de un tirón disfrutando de su ironía, sus homenajes y sus anacronismos al más puro estilo Terry Pratchett.
Por ello, me alegra saber que acaba de ver la luz Cicatrices, segunda parte de la novela anterior y como aquella editada por Transversal, y que espero devorar también al menos con el mismo placer que aquella. De paso, me entero igualmente de que una de sus novelas, imagino que inédita aquí y que él mismo define como "basada en hechos reales, a mitad de camino entre el costumbrismo histórico, los cuentos infantiles y la angustia más pura", se va a publicar en Francia, con lo que nuestros vecinos los galos podrán conocer de primera mano a uno de nuestros más jóvenes y prometedores valores de la literatura de género en España. Y yo podré decir que estuve allí en sus orígenes para verlo.
(+) Conservado en alcohol (El blog de Claudio Cerdán)
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