La actriz, de nombre completo Jean Merilyn Simmons, debutó con algunos papeles discretos en 1944, pero sería gracias a su intervención en Narciso negro, del tándem formado por Michael Powell y Emeric Pressburger, y sobre todo a su presencia en adaptaciones literarias de renombre (Grandes esperanzas de Dickens y Hamlet de Shakespeare, llevadas al cine por David Lean y Laurence Olivier respectivamente), que empezó a convertirse en la estrella que llegaría a ser.
A lo largo de la a todas luces gloriosa década de los 50 intervino en muchas películas, de las que cabe destacar la soberbia Cara de ángel de Otto Preminger, junto a Robert Mitchum, un par de títulos de época dirigidos por Henry Koster -La túnica sagrada, primera película rodada en Cinemascope, y Desirée-, el musical Ellos y ellas de Joseph L. Mankiewicz, compartiendo plano con Marlon Brando y Frank Sinatra, o el western épico Horizontes de grandeza de William Wyler, junto a Gregory Peck y Charlton Heston.
Fue en 1960 cuando realizó nada menos que tres de sus más memorables trabajos: en El fuego y la palabra junto a Burt Lancaster, en Página en blanco de Stanley Donen (donde volvió a coincidir con Deborah Kerr y Robert Mitchum, además de con Cary Grant), y muy especialmente en Espartaco, empezada por un Anthony Mann que muy pronto fue sustituido por Stanley Kubrick, y donde la actriz interpretó a Varinia, la esposa del protagonista, encarnado por Kirk Douglas.
Jean Simmons se casó dos veces, y las dos veces con nombres importantes del cine clásico norteamericano: durante los años 50 fue la esposa del actor Stewart Granger, y al poco de divorciarse de este contrajo matrimonio con el realizador Richard Brooks, con quien realizó dos de sus mejores trabajos: la citada El fuego y la palabra y Con los ojos cerrados, una película no muy célebre pero que merece recuperarse, y en la que muchos han visto un reflejo de la crisis que su matrimonio con Brooks experimentaba por aquel entonces. Gracias a su trabajo en este film consiguió su segunda y última nominación al Oscar (la primera sería como actriz de reparto por su papel de Ofelia en la citada Hamlet).
En el último tercio de su filmografía trabajaría sobre todo en televisión, destacando su presencia en dos series como la popular Norte y Sur y la fantástica Dark Shadows. Pero en 1995 volvería a la gran pantalla en Donde reside el amor, con Winona Ryder encabezando un reparto eminentemente femenino donde no faltaron otras dos veteranas de la talla de Anne Bancroft y Ellen Burstyn. Después volvería a la pequeña pantalla, pero no se ha despedido de todos nosotros sin protagonizar el pasado año otro largometraje para el cine: la inédita Shadows in the Sun.
Jean Simmons nació en 31 de enero de 1929 en Crouch Hill, Londres, y falleció en 22 de enero de 2010 en Santa Mónica, California. Tenía por tanto 80 años. Descanse en paz.
[Fotogramas: Halmet, Ellos y ellas, Espartaco, El fuego y la palabra, Dark Shadows.]
Extraordinaria actriz. Y una de las sonrisas más deslumbrantes del cine. Tanto que duele verla tan seria en algunas pelis. Siempre la recuerdo arrebatadora y jovencísima en el Extraño Suceso con Dirk Bogarde.
ResponderEliminarTiene ud toda la razón, e imperdonable es mi olvido de esa estupenda película de 1950 co-dirigida por el gran Terence Fisher. Es posiblemente la pelicula en la que siendo muy joven descubrí a ambos, actriz y realizador, y solo muchos años después pude volver a verla. Una de las películas más hitchcockianas de las que no realizó el Mago del Suspense. Recomendada queda gracias a su comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Descanse en paz esta grande.
ResponderEliminarTenía algo especial: la mirada, la belleza singular. En paz descanse.
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