lunes, 9 de junio de 2008

Libros de Sangre (XXIII): La Madona

"He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker."
- Stephen King



La Madona es el relato que cierra el tercer volumen de la última edición española de los Libros de Sangre por parte de La Factoría de Ideas, y con él Clive Barker consigue uno de sus cuentos más redondos y sugerentes.

Ambientado como la mayoría de ellos en las calles de un Londres tan pesadillesco como verosímil, "La Madona" arranca en las escaleras de un edificio municipal de la calle Leopold, un complejo dejado de la mano de Dios del que el ayuntamiento quiere deshacerse, y que engloba en su interior instalaciones deportivas, piscinas, saunas y baños turcos.



Allí, bajo la lluvia, Jerry Coloqhoun espera durante media hora a Ezra Garvey, un hombre de negocios que podría sacar al primero de sus problemas económicos: Coloqhoun ha desarrollado un proyecto de un complejo de ocio para los jóvenes yuppies que están empezando a comprar pisos en la zona para establecerse definitivamente, y necesita de la inversión de capital del segundo para comprar el edificio a las arcas municipales.



Garvey acaba por llegar, y ambos entran en el edificio abandonado. Después de recorrer el intrincado laberinto de sus pasillos con apenas la iluminación de una linterna, y admirar la decoración art déco de las instalaciones, Garvey parece mostrarse interesado en hacer negocios con Coloqhoun, y ambos acaban por separarse para que este consiga encontrar una salida más accesible. Será entonces que Garvey, un hombre que ha construido su capital con métodos de dudosa catadura moral, creerá ver en la oscuridad a una niña, de poco más de quince años, desnuda y sugerente, la representación material de sus sueños más oscuros...



Días después la casa de Coloqhoun es asaltada, y su pareja, Carole, no duda de que Garvey es quien está detrás de todo aquello... sobre todo cuando ambos comprueban que el mapa del edificio de las piscinas ha desaparecido. Al parecer, el empresario quiere visitar las instalaciones en solitario, y Coloqhoun acudirá para no perder el negocio que tiene entre manos...



No nos extenderemos más en destripar la trama de "La Madona" para conservar su capacidad de sugerencia, pero sí diremos que el relato sirve a Barker, de nuevo, para redefinir los roles sexuales dentro del género de terror -como ya hiciera en relatos tan soberbios como "Jacqueline Ess" o "La Edad del Deseo", al mismo tiempo que para recuperar para la literatura de terror de corta extensión las ambiguas descripciones de horrores inconcebibles que caracterizan la obra de H. P. Lovecraft, materializadas en esa criatura que descansa en la última piscina y que no necesita del sexo para procrear...



"La Madona", en Libros de Sangre (vol. 3)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2006, pp. 267-316.

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