En la sección de "Bodrios que hay que ver" nos visita hoy Acero y seda, Steel and Lace en V.O. para los puristas de filmoteca -como si una película como esta se proyectara en los templos de la cinefilia más exquisita-; y con ella hace acto de aparición todo un subgénero: el de los androides de apariencia femenina, un tema que al parecer responde a una oscura fantasía de buena parte del público potencial, aunque este jamás lo confesaría en público, por más que se suscribiera al Cyberplayboy de Robohugh Hefner en el caso de existir.
Esta producción de 1991 arranca con una escena de juicio: un joven ricachón está acusado de agresión y violación por parte de una joven afligida, pero el testimonio de cuatro amigos que afirman que el sospechoso estaba con ellos la noche de autos -¿por qué se llama así aunque el acusado vaya a pie?- lo deja en libertad, ante la estupefacción de la víctima y su hermano, un experto en investigación de alta tecnología e inteligencia artificial (ven ya por dónde van a ir los tiros, ¿no?), así como de una dibujante periodista que ha investigado el caso y que se ha pasado el juicio haciendo monigotes.
El realizador del film inserta unas escenas durante el juicio que dejan fuera de toda duda la culpabilidad del acusado, así como la complicidad de sus colegas, lo que nos hace pensar que el resultado del juicio habría sido muy distinto si el jurado hubiera tenido acceso a esas escenas, pero entonces sería un ejercicio de metanarrativa autorreferencial y esto no viene al caso. Así pues, el malvado yuppie de pacotilla es declarado inocente de todos los cargos (si hubiese estado acusado de mal gusto estético y en el jurado hubiese varios peluqueros, otro gallo le cantaría), y acto seguido la víctima ultrajada sube a la azotea y se lanza al vacío, sin que su hermano pueda impedirlo.
Inmediatamente después, un cartelito indica "Five Years Later", y la voz en off de la versión doblada nos señala que eso significa "Cinco años más tarde", algo de agradecer si no sabes inglés, no sabes leer, eres ciego o te distraes untando la nocilla en la media barra de pan que te sirve de merienda. Entonces descubrimos que en agradecimiento a la falsa coartada, el culpable de violación ha nombrado a los cuatro maromos sus socios en el gran emporio que dirige, y todos ellos se las prometen muy felices... sin saber que la sombra de la venganza se cierne sobre ellos (un servidor debería trabajar como redactor de frases promocionales de basura para el mercado doméstico, dicho sea de paso).
El primero que va a caer, tras una avería con el motor de su coche, se encuentra tirado en mitad de la carretera, y recibe la ayuda de una potentísima rubia vestida para matar (a base de coitos ininterrumpidos) y con considerables conocimientos del mundo del motor. Ambos acaban en un hotel de mala muerte, y es allí que el atontolinao descubre que la rubia no es otra que la mujer que aparentemente falleció cinco años atrás. ¿Cómo se explica que siga viva? Más aún, ¿cómo se explica que de su torso surja un taladro que destroza el cuerpo de su víctima en un abrazo mortal? Obviamente es cosa de su hermano, que suponemos recogió el cadáver de la interfecta, se lo escondió en un bolsillo interior de su chaqueta y después lo reanimó aplicándole un cerebro artificial y unos artilugios que para sí quisiera el inspector Gadget.
A partir de ahí, más de lo mismo: la fenómena artificial prosigue su venganza incansable, adoptando varios roles distintos, todos ellos de apariencia y rostros variados -cómo consigue esto último, y cómo su rostro vuelve a ser el original segundos antes de que su víctima muera, es uno de los muchos misterios de la cinta-, mientras la periodista del principio, en colaboración con un viejo amigo de la Policía (ya saben que en las películas todos tienen un viejo amigo en la Policía, vivan en New York, Berlín o Matalascañas), le siguen los pasos sin poder evitar la masacre hasta un par de minutos antes del final.
En el reparto destacan principalmente dos nombres bien conocidos: Bruce Davison (Compañeros inseparables, X-Men) es el vengativo hermano cerebrito de la robota, y David Naughton (mítico protagonista de Un hombre lobo americano en Londres) es el policía que investiga el caso. Los roles femeninos corren a cargo de Clare Wren en el caso de la asesina cyborg, y de la pelirroja Stacy Haiduk como la periodista y dibujanta. A Haiduk la recordarán los adictos a las ondas hertzianas como la Lana Lang de la ochentera y noventera Superboy, así como en SeaQuest DSV, o recuperada como mandamás tocapelotas del FBI en algunos capítulos de Héroes.
En cuanto a los que ocultan su rostro tras las cámaras, y es comprensible visto el resultado, hay que señalar que el realizador de este despropósito, Ernest D. Farino, venía de escribir los guiones de dos películas de 1989 dirigidas por el inefable e incansable Fred Olen Ray: Terminal Force y Beverly Hills Vamp, y en el mismo 1991 se encargaría del guión de otra basurilla de Fred: Wizards of the Demons Sword. Pero cansado de poner su incomensurable talento a las órdenes de otro, Farino optó por dirigir el mismo este engendrete, dejando a un lado también otras tareas relacionadas con los efectos especiales y el maquillaje. Lo de debutar en la dirección después de encargarse de otros oficios es un hecho ilustrativamente habitual en esta sección, y viene a demostrar la inteligencia de aquello de "zapatero a tus zapatos...", así como que en este caso Farino optó por aprender más de Olen Ray (y de otros deliciosos estetas del fantastique como Jim Wynorski o Bruce Clark) que no de directores de la talla de James Cameron, John Carpenter, Paul Verhoeven o Brian de Palma, para los que trabajó en diversos cometidos.
Ahora bien, quien merece mucho la pena ser reconocido -reconocido para poder perseguirlo, capturarlo y colgarlo en la plaza mayor del pueblo- es el productor del film, David DeCoteau, que a veces firma, ay ladrón, como Ellen Cabot o Victoria Sloan, y que ha dirigido cosas -no creo que puedan llamarse películas en sentido estricto- como Working Girls, Revenge of the Babes, Dreamaniac, Sorority Babes in the Slimeball Bowl-O-Rama -¿cómo harían para meter en el cartel todo el título y chicas ligeras de ropa?-, Dr. Alien, Beach Babes from Beyond, Test Tube Teens from the Year 2000, Leeches! (este título mola mucho si se lee en plan hispano-castizo) o Bikini Goddesses, y que ha producido Assault of the Killer Bimbos, Robot Ninja, Sorority Babes in the Dance-A-Thon of Death -otro título que tal- o Reanimator Academy. Menudo pieza para tener un apellido tan fino.
Ah, vale, lo consiguen poniendo el título en pequeño y las chicas en grande. No es mala idea.
En fin, ya como conclusión y para que vean que este subgénero ha dado otras muchas joyas a la historia del séptimo arte, ahí van algunos carteles selectos. No duden que cualquier día de estos alguna de ellas reaparezca en esta sección con todos los honores que sin duda se merecerá...
Ah no, que esta última es buena, como ya les contamos aquí.
No he visto la película pero parece un bodrio de los que hacen leyenda, aunque el argumento presenta a primera vista varios puntos de interés que imagino que no serán suficientemente explotados por sus responsables.
ResponderEliminarAl señor DeCoteau algún día se le hará justicia y lo meterán en Alcalá Meco. Curioso el historial
del señor Farino y la gran relevancia de las personalidades con las que ha trabajado, ya se le podía haber pegado algo.
Muy interesantes los posters de las películas que espero que algún día comente en su blog, como LADY BATTLE COP o especialmente TERMINATOR WOMAN, con la Soutendijk y el gran Gregory Hines.
Saludos.
Acerca de TERMINATOR WOMAN, hay que señalar que cuando la vi en su día (allá por los albores de la humanidad), me pareció menos mala de lo que uno se esperaba, aunque no dejaba de ser una mera y simpática serie B con el bailarín negro persiguiendo a la femme fatale de Verhoeven.
ResponderEliminarCon todo, la he puesto aquí por lo psicotrónico del título español, porque ojo, el film se titula EVE OF DESTRUCTION, y el aprovechamiento exploit del film de Cameron y Schwarzenegger se debe únicamente al distribuidor de vídeo español (fue estrenada directamente en VHS, sin pasar por los cines).
En cuanto a LADY BATTLECOP, efectivamente el poster promete bastante...