"He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker."
- Stephen King
Si se me permite un apunte personal, señalaré que La política del cuerpo, relato que abre el tercer volumen de los Libros de Sangre de Clive Barker en su más reciente edición española (a cargo de La Factoría de Ideas), tiene para un servidor una importancia radical, casi un valor sentimental, al ser mi primer acercamiento a la narrativa del escritor de Liverpool.
Así, ya hace casi un par de décadas que descubrí este relato tan particular al abrir las primeras páginas del primer volumen de Sangre, la edición (solo parcial) de los libros de Barker por parte de Martínez Roca, que venían a complementar los por aquel entonces agotados e innacesibles Libros sangrientos de Planeta de Agostini.
Hoy, al volver a leer el relato, este se confirma, además de como uno de los mejores (y esto, claro está, siempre es discutible), como uno de los más rabiosamente originales de entre una antología de por sí muy especial. Y creemos que esto es algo que nadie discutirá tras leer las peripecias de Charlie George. O mejor dicho, de sus manos.
Porque "La política del cuerpo" relata la rebelión de las manos de Charlie George, Izquierda y Derecha, que conspiran todas las noches mientras su amo duerme. Barker pone de manifiesto la ambigüedad que gobierna la relación entre la persona y sus manos. ¿Quién es el amo y quién el esclavo? ¿Quién depende de quién?
La revuelta acaba produciéndose la noche en la que Ellen, la esposa de Charlie, descubre a las manos de su marido conspirando a sus espaldas. Ya no hay vuelta atrás, y la decidida Derecha y la pusilánime Izquierda saltan sobre su cuello y acaban estrangulándola, para después la primera apoderarse de un cuchillo y seccionar a su compañera por la muñeca, propiciando la fuga. Charlie es considerado como una víctima más del crimen por parte de la Policía, pero él sabe que no hay otro culpable que él mismo...
Mientras tanto, Izquierda parte en busca de nuevos compañeros con los que iniciar la revolución total de las manos contra las personas que hacían uso de ellas hasta entonces. Y aunque a partir de ese instante el protagonismo del relato se reparte con la aparición de otros personajes (el vigilante Christie, el joven Boswell, el doctor Jeudwine), solo Charlie George parece tener en sus manos la posibilidad de vencer a los apéndices sublevados, rebeldes de la política del cuerpo, y volver a instaurar el poder del Imperio...
Para concluir estas líneas sobre "La política del cuerpo" destacaremos que el relato fue adaptado para la pequeña pantalla, junto con el cuento "La boca saltarina" de Stephen King, en el telefilm Quicksilver Highway, dirigido por Mick Garris -habitual adaptador de este último- en 1997. La película, que cuenta con Matt Frewer (Max Headroom) como Charlie George, y como sucede como muchas producciones hechas para televisión, resulta complicada de encontrar hoy en día.
"La política del cuerpo", en Libros de Sangre (vol. 3)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2006, pp. 11-55.
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