jueves, 27 de marzo de 2008
Un hombre feliz: Secretos y mentiras
No es de extrañar que Miguelanxo Prado acometa la tarea de prologar Un hombre feliz, la obra de Antonio Seijas que Edicions de Ponent editó a finales del año pasado. Y no lo es porque la sensibilidad de su autor, que aquí retrata una historia de encuentros y desencuentros, de secretos y mentiras, está muy cerca de la del autor de Trazo de tiza.
Porque Un hombre feliz, ya desde su mismo título, plantea la mentira y el ocultamiento, aquello que callamos para hacer más fácil nuestra vida, o las vidas de los que nos rodean. Eso le ocurre al protagonista del álbum, un hombre que huye a otro lugar aparentemente en busca de descanso espiritual, pero al que atormentan los fantasmas de un pasado reciente que no puede dejar atrás.
El azar ha llevado a que el protagonista y una joven llamada Marta se conozcan y se enamoren. El encuentro tiene lugar -tuvo lugar, en realidad, y como comprenderemos después- en una librería de lance, donde la joven acude a comprar L'amour fou, la novela de André Breton, el padre del Surrealismo. El librero le contesta que precisamente el otro cliente, nuestro protagonista, acaba de adquirir el último ejemplar disponible. Este, amablemente, le cede el libro, y ella le corresponde invitándole a un café...
Pero un tiempo después el hombre está solo, y apenas intercambia unas palabras con otro librero del lugar, con el que juega a adivinar la autoría de citas literarias, y con una misteriosa niña con una enfermedad degenerativa y la consecuente (y presunta) deformidad en el rostro, que oculta tras una máscara que le regaló su padre. La presencia de esta niña funciona como una diáfana metáfora de aquello que no dejamos ver, de la terrible verdad que el protagonista oculta, y de la información que el autor se reserva y va dosificando hasta el revelador final del álbum.
Pero antes veremos al protagonista fotografiando continuamente los paisajes que le rodean, e intentando iniciar una nueva relación con una chica pelirroja que no podrá hacerle olvidar ni al amor de su vida ni la razón de por qué lo dejó atrás. "Ya no es capricho, es una necesidad -señala el protagonista-. Veo la belleza, la siento, ese instante en el que el aire que sube desde el mar se enreda entre las flores secas. Tengo que hacerle una foto para evitar que eso se pierda, necesito hacerlo. Me reconforta apretar el botón de la cámara fotográfica, atrapar la belleza... y después maldigo contra el que nunca inventó la máquina para guardar el aroma de la hierba, el perfume del mar, la sensación de meter la mano en el agua y sentir el frescor de la mañana. ¿Dónde estará el inventor que nos enseñe a atrapar esas sensaciones y guardarlas junto a las fotos?".
Seijas se mueve entre pasado y presente, sin ponerle fáciles las cosas a un lector que tendrá que estar atento al principio para discernir entre uno y otro, y que pronto descubrirá el juego tonal del autor, que emplea la paleta gráfica distinguiendo entre los tonos cálidos del presente y los fríos del pasado, creando páginas de gran belleza plástica, a medio camino -como señala Prado en el acertado prólogo- entre el fauvismo y el expresionismo cinematográfico.
Así, en las páginas de Un hombre feliz pueden encontrarse ecos de autores como Joann Sfar, aunque con un tono menos desenfadado, o sobre todo del mítico Alberto Breccia, aunque la obra que nos ocupa resulte más agradable y diáfana de leer que la de buena parte del autor de Buscavidas. Una obra esta, la segunda de Seijas y primera en castellano, con la que el autor ganó el II Certamen de Cómic Castelao, en cuya primera edición ya quedó finalista con O que deixa un home morto, su debut en la narración gráfica, esta vez escrito en gallego. Este hecho demuestra el talento de un autor del que esperamos ver pronto un tercer y seguro que muy sugerente trabajo.
Título: Un hombre feliz
Autor: Antonio Seijas (guión y dibujo)
Editorial: Edicions de Ponent
Fecha de edición: octubre de 2007
64 páginas (color) - 16 €
(+) La web del autor:
- Antonio Seijas
la verdad es que Antonio Seijas es todo un descubrimiento...hacía tiempo que no veía un cómic tan plásticamente sugerente...añádele una buena historia con una narrativa inteligente...et voilà, ¡una pequeña obra maestra!...esperemos que la difusión de su novela gráfica le lleve a poder publicar más así...
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