jueves, 1 de noviembre de 2007

Sitges (XIII): Blade Runner (The Final Cut)



Pese a que el balance general de la calidad de los estrenos del Festival de Cine de Sitges fue bastante alto, la mejor película vista a lo largo de todo el certamen fue, de lejos, una reposición: concretamente, la del clásico contemporáneo de la ciencia ficción dirigido por Ridley Scott y estrenado en 1982.



En los últimos años el cine norteamericano está recurriendo a la obra de Philip K. Dick para dar una visión oscura pero muy reveladora de la confusión que reina en la sociedad de consumo actual (aunque sea en clave futurista y de género), gracias a títulos como Infiltrado (Gary Fleder), Minority Report (Steven Spielberg), Paycheck (John Woo), A Scanner Darkly (Richard Linklater) o Next (Lee Tamahori). Pero hasta ese momento, la filmografía dickiana se reducía a una estupenda película de Paul Verhoeven -Desafío total-, una oscura producción de serie B -Screamers (Asesinos cibernéticos)-... y Blade Runner, la obra maestra que se ha vuelvo a ver en Sitges 2007, cuando se cumple el 25 aniversario de su estreno.



Y hemos podido verla en unas condiciones óptimas: una versión restaurada en imagen y sonido, un auténtico lavado de cara que ha permitido arreglar algunos aspectos (sobre todo en lo referente al momento de la muerte de la replicante encarnada por Joanna Cassidy) y, principalmente, que este film protagonizado por Harrison Ford brille como si se hubiera rodado ayer mismo.



Porque si su aspecto visual podía mejorarse, no ocurre así con la historia misma, de una actualidad apabullante: el Los Ángeles del año 2019 que muestra el film, aunque resulta mucho más cercano en el tiempo, sigue pareciéndonos absolutamente verosímil, y no digamos ya la historia del blade runner Rick Deckard y su cacería de androides rebeldes liderados por Roy Batty.



¿Qué podemos decir de Blade Runner que no se haya dicho ya? Solamente nos limitaremos a señalar que, tras varias versiones proyectadas, este The Final Cut se presenta como el definitivo, manteniendo las dudas acerca de la identidad del protagonista, eliminando la demasiado redundante voz en off y, sobre todo, dejando el final que ya pudimos ver en el montaje del director de 1992: un the end abrupto y pesimista que ya no necesita explicar nada más.



Vista hoy, Blade Runner sigue funcionando como película de ciencia ficción, mostrando un mundo donde androides que no son conscientes de su condición conviven con los seres humanos; también funciona como película de género negro (no en vano el mejor libro sobre el film, de Paul M. Sammon, se titula Future Noir). Pero, sobre todo, mantiene incólume su valor como tratado filosófico sobre la condición humana, sobre qué es aquello que nos hace humanos frente a aquello que no lo es.



Y es que la tragedia de los replicantes, que se desprende del hecho de tratarse de seres más que humanos (parafraseando una célebre novela de Theodore Sturgeon) que pese a sus mejoras respecto de las personas reales tienen una vida limitada de poco más de un lustro, sigue emocionando como hace veinticinco años, y demuestra, una vez más, que la mejor ciencia ficción (como la mejor ficción fantástica, en general) es la ciencia ficción de ideas.



Y es que eso y no otra cosa es buena parte de la producción literaria de Philip K. Dick, un autor que hizo de lo que en un principio no iba a ser más que una serie de libros fantásticos de consumo rápido todo un tratado sobre la identidad, a partir de la paranoia conspiratoria de su autor. Novelas como Ubik, Valis, El hombre en el castillo, Una mirada en la oscuridad o la propia ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (en la que se basa el film de Ridley Scott) demuestran la validez y la pervivencia de su intransferible universo propio.



Post Scriptum.- Con motivo de la presentación de este final cut de Blade Runner, visitaron Sitges el actor Rutger Hauer (Roy Batty en el film) y dos de los más prestigiosos responsables del film: el autor de efectos especiales Douglas Trumbull y el director artístico Syd Mead. A continuación publicamos algunas fotografías del encuentro del primero con los fans y de la charla que Trumbull y Mead protagonizaron tras uno de los pases de la cinta.











[Fotografías: (C) C. Carrasco.]

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