lunes, 15 de octubre de 2007

Sitges 2007: Un balance personal

Como ya prometimos, a partir de mañana comentaremos uno por uno los treinta films (veintiocho largos de ficción y dos documentales) que pudimos ver en el Festival de Cine de Sitges de este año. Pero hoy arrancamos, a modo de introducción, con un rápido balance sobre los pros y los contras del evento, así como lo más interesante (y lo más decepcionante) de los estrenos allí vistos.



A nivel de organización, cabe lamentar que en cada proyección el acceso a las salas no se produjera hasta apenas unos minutos antes (en el mejor de los casos; en el peor se empezaba con considerable retraso) de la hora anunciada en el programa, así como el mal estado de una de las salas, la del Casino Prado, inapropiada para un festival de esta categoría. Pero como no todo es negativo al respecto, hay que destacar el gran acierto de añadir una sala más, la Sala Tramuntana de la planta baja del Hotel Melià, para facilitar el acceso a una programación tan nutrida como la de Sitges.



En cuanto a las películas proyectadas, y siempre a nivel personal, debemos señalar que este año estuvimos más atentos a la sección oficial, lo que nos llevó a sacrificar secciones paralelas, como Anima't (dedicada al cine de animación) o la recuperación de títulos clásicos (la antología American Gothic, que recuperó cintas tan importantes como Las colinas tienen ojos o La última casa a la izquierda de Wes Craven, El otro de Robert Mulligan o Burnt Offerings de Dan Curtis).



Se confirmaron las excelencias de cintas tan esperadas como Redacted, el último Brian de Palma, o la estupenda I'm a Cyborg but That's OK, de Park Chan-wook, aplaudido autor de Oldboy. Y nos sorprendieron gratamente trabajos tan poco esperados como The Fall (no esperábamos tanto de Tarsem, el firmante de La celda), justa Mejor Película del palmarés, o La habitación de Fermat, debut en la dirección de los guionistas Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña; o incluso cintas que desconocíamos, y que resultaron magníficas: pienso particularmente en WAZ, la primera imitadora de Seven que no insulta a su modelo, y que en algunos aspectos se puede comparar con ella a la misma altura.



En cuanto a cinematografías, la casi siempre interesante producción japonesa nos decepcionó profundamente: Hotaru, de la aplaudida Naoki Kawase, es excesivamente larga para lo que cuenta; Kaidan supone una apuesta nada personal y demasiado rutinaria del autor de las espléndidas The Ring y Dark Water; Mushishi, de Katsuhiro Otomo, aunque interesante y con momentos logradísimos, es demasiado cadenciosa; y con Glory to the Filmmaker!, Takeshi Kitano reincide tras Takeshis' en exorcizar sus demonios personales dando forma a films tan alocados y excéntricos como poco redondos. Solo Takashi Miike, con la divertida Sukiyaki Western Django, mantuvo el tipo... aun estando lejos de films suyos tan interesantes como Audition, Ichi the Killer o The Happiness of the Katakuris.

En cambio, la cinematografía francesa ofreció dos de los mejores trabajos de la sección oficial: Frontière(s) y À l'interieur, dos films brutales, no aptos para todos los paladares, y de los que hablaremos en breve más extendidamente, tal y como merecen.



Lo que no supuso ninguna sorpresa fue que la mejor película del festival no fuese un estreno, sino el final cut (o eso dicen) de Blade Runner, el clásico contemporáneo de Ridley Scott, proyectado en una copia impecable a la que el Auditori, con su gigantesca pantalla, espléndido equipo audiovisual y enorme patio de butacas, hizo justicia. Un film que pudimos ver en condiciones inmejorables, y cuyo revisionado demuestra su sorprendente vigencia veinticinco años después de su estreno.



En cuanto a los invitados, lamentar la ausencia de Jesús Franco, anunciada apenas unas horas antes de su clase magistral, así como la fugaz visita de Rutger Hauer al final del certamen. En cambio, satisfacieron a sus fans la presencia del mítico George A. Romero (que presentó su Diary of the Dead), el actor Robert Englund (alias Freddy Krueger, que acompañó el estreno de la divertida pero intrascendente Jack Brooks: Monster Slayer) o el cineasta coreano Park Chan-wook, que no solo presentó I'm a Cyborg but That's OK, sino que participó junto con Ryoo Seung-wan, el autor de City of Violence, en un encuentro sobre el cine de género que se filma hoy en Corea.



También pasaron por el festival Zoe Bell y Sydney Tamiia Poitier (para presentar Grinhouse), Stuart Gordon y Mena Suvari (director y actriz de la estupenda Stuck), Xavier Gens y Karina Testa (realizador y protagonista de Frontières)... y multitud de actores españoles: Lluís Homar y Santi Millán (La habitación de Fermat), Pablo Carbonell y Álex Angulo (La crisis carnívora), Manuela Velasco (REC), Leonardo Sbaraglia y María Valverde (El rey de la montaña) o Karra Elejalde (Los cronocrímenes) son solo algunos de los intérpretes que se dejaron ver en las proyecciones, ruedas de prensa y photocalls del Hotel Melià.

Lo dicho: a partir de mañana, las películas del festival, comentadas aquí.

[Fotografías: 1.ª- Ángel Sala (dcha.), director del Festival; 2.ª- Interior del Hotel Melià de Sitges; 3.ª- I'm a Cyborg but That's OK; 4.ª- Sukiyaki Western Django; 5.ª- Blade Runner; 6.ª- Rutger Hauger. 7.ª- Sydney Tamiia Poitier y Zoe Bell.]

4 comentarios:

  1. Curioso que en tu balance personal no comentes nada sobre REC, la ganadora moral del certamen.

    Yo tengo unas ganas enormes de ver Redacted, de mi estimado Bryan.

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  2. No le resultará nada curioso cuando sepa que me fue imposible ver REC: se proyectó viernes (cuando aún no había llegado a Sitges) y sábado (cuando me coincidía con DIARY OF THE DEAD y el premio a Romero). Así que tendré que ver REC como todo hijo de vecino: el mes que viene cuando se estrene en las salas.

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  3. Anónimo4:56 p. m.

    Y Los cronocrímenes??? Yo tenía esperanzas en ella.

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  4. Ya decía yo que me extrañaba....

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