Si Drácula tuvo su réplica afroamericana en Blacula, si a Frank Bullitt (Steve McQueen) y a Harry Callahan (Clint Eastwood) no tardó en hacerles sombra -y conste que no es un chiste racista- un impecable John Shaft (Richard Roundtree), ¿cómo no íbamos a disfrutar de una réplica blaxploitation de las películas de terror por episodios? Demonios, si hasta a La tribu de los Brady le siguieron La hora de Bill Cosby o Cosas de casa...
Las películas de terror por episodios siempre han sido populares, recuperando para la gran pantalla la tradición oral de los cuentos de miedo al calor de la fogata en las noches de campamento y los míticos tebeos de terror de EC Comics, presentados por el Guardián de la Cripta o la Vieja Bruja. Y si Creepshow de George Romero (& Stephen King) volvió a popularizarlas después de títulos tan memorables como Historias de terror (de Roger Corman, para la AIP), Doctor Terror (de Freddie Francis, para la Amicus) o Las tres caras del miedo (de Mario Bava), ahora le ha tocado el turno a la versión afroamericana de este particular subgénero: Snoop Dogg's Hood of Horror.
Como su título indica, en esta ocasión el presentador de las tres historias que conforman el largometraje es el rapero Snoop Dogg, que no ha tenido la suerte de sus semejantes Ice Cube o Ice T a la hora de participar en proyectos cinematográficos que incrementen su fama y por tanto las ventas de sus discos y el grosor de su billetera de piel de sheriff blanco. Téngase en cuenta que el actor ya probó suerte en esto del cine de terror en la malísima Bones, film que comparado con este Hood of Horror está a la altura de El resplandor de Kubrick.
Como no podía ser de otra manera, este film dirigido (o algo parecido) por Stacy Title cuenta con un reparto de saldo, que incluye presencias afro como Billy Dee Williams (que fue un fugaz Harvey Dent a las órdenes de Tim Burton, y es que esto de cambiar de raza a los personajes de cómic no lo inventó Daredevil), Ernie Hudson (ya saben, el cuarto cazafantasmas... el negro, claro), o una Sydney Tamiia Poitier anterior a su descubrimiento en Death Proof de Tarantino.
Tampoco falta una presencia de culto como Danny Trejo, presente en el primer fragmento en la piel de un tatuador surgido del infierno que da a la graffitera protagonista, interpretada por Daniella Alonso (vista hace nada en El retorno de los malditos), la bendición-maldición de poder matar con su spray. Tal como lo leen.
Al menos semejante despropósito, de rídiculo y abrupto final, no se hace demasiado largo. No así la segunda historia, que aunque no es mucho más extensa parece durar más que Fanny y Alexander, Novecento y todo el Berlín Alexanderplatz de Fassbinder juntos. Demonios, se hace más larga que todo CSI de tirón (Las Vegas, Miami y Nueva York, y cualquier otra subdivisión que se inventen). En esta minipelícula inacabable nos encontramos con la consabida historia con considerable carga de moralina que muestra a un tipo (blanco, claro) sin escrúpulos que pretende deshauciar a unos veteranos de guerra (negros, claro) de un edificio en ruinas para enriquecerse a su costa.
Más moralina encontrarán en el tercer episodio, el más decididamente hip hop de todos ellos, en una historia de amistad y traición protagonizada por dos raperos, que acaba en un monumental videoclip con la estética del género (del hip hop, no del horror) a modo de fin de fiesta. Eso es lo mejor del film: que llegado un momento, y aunque parecía que nunca iba a llegar el momento, se acaba. Porque eso es lo que es Hood of Horror: una fiesta, a la que no salvan los momentos más animados (literalmente: un prólogo y unos insertos de animación al estilo de Aeon Flux de la MTV), de la que estamos deseando largarnos.
Y para que no tengan la sensación de que les robo su tiempo para nada (aunque advertirles de la existencia de semejante engendro ya me parece una labor encomiable), les dejo aquí a continuación una fotillo de Brande Roderick, modelo y playmate que interviene como actriz en esta infecta película. Conste que yo no la busqué: me la encontró el Google porque sí.
Y créanme, espero que esta muestra gráfica no les haga pensar que vale la pena ver el film aunque sea por ver en acción a semejante bestia parda, que diría un buen amigo mío. Porque no es así: no hay nada que justifique la existencia de semejante basura cinematográfica, la peor película de terror que hemos visto en años (y hemos visto Vampirella). Y todavía alucino al pensar en la existencia de una edición en DVD de dos discos plagados de extras, cuando lo mejor para el consumidor y su salud mental sería que la caja viniera vacía.
Ya era de que volviera usted, Sr. Procastinador. Tenemos que hablar. ¿Adivina usted? Tiene nombre de película de Bourne...
ResponderEliminarPatón.
Supongo que ULTIMÁTUM... auque preferiría lo de MITO...
ResponderEliminarPues más bien quédate con la suposición... ;-)
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