Definitivamente, este 2007 no está siendo un buen año en lo que a adaptaciones cinematográficas de cómic de superhéroes se refiere, sobre todo para la compañía Marvel: El motorista fantasma redujo a uno de los personajes más ricos y atormentados de la Casa de las Ideas a un justiciero de thriller de segunda categoría, y Spider-Man 3, sin ser del todo despreciable, defraudó a propios y extraños y se confirmó como la peor entrega de la saga. Ahora, el estreno de Los 4 Fantásticos y Silver Surfer no solo confirma esta tendencia a la baja, sino que la empeora considerablemente.
Y eso que, a priori, cabía preguntarse: ¿pueden hacerse peor las cosas que en la primera película, Los 4 Fantásticos? Pues, sorprendentemente, sí: así parecen empeñarse el realizador Tim Story, que repite tras la cámara, y los guionistas Don Payne y Mark Frost (este último creador junto a David Lynch de Twin Peaks: quién le ha visto y quién le ve), que ofrecen en Los 4 Fantásticos y Silver Surfer una aburrida, intrascendente e infantiloide versión de la veterana familia de Marvel, los primeros superhéroes de la compañía tal y como hoy la conocemos.
No subrayaremos demasiado las carencias ya presentes en la primera entrega, con errores de casting como los de Ioan Gruffudd y Jessica Alba como Mr. Fantástico y la Mujer Invisible (¿tan difícil era pensar en una actriz como Charlize Theron o Naomi Watts, que no necesitara quilos de maquillaje para parecer rubia y de ojos azules?); por no hablar de Michael Chiklis como la Cosa: Chiklis es un gran actor (lo ha demostrado en la serie The Shield), pero después de ver creaciones como el Gollum de El Señor de los Anillos, el Hulk de Ang Lee o el shirigami Ryuk de las adaptaciones del exitoso manga Death Note, no nos cabe duda de que solo una criatura generada infográficamente podría resultar creíble como el Ben Grimm de los cómics.
Así pues, si partimos de que solo uno de los cuatro protagonistas (Chris Evans como Johnny Storm, alias la Antorcha Humana) resulta creíble y se parece en algo al personaje original, poco podremos conseguir. Pero, si además, reducimos la única novedad del producto a la aparición de Estela Plateada (aquí, ridículamente llamada por su apelativo original, Silver Surfer, pese a que se haya doblado al castellano el audio de la película), apaga y vámonos.
De esta forma, la película apenas se sigue con interés, y el uso que hace uno de los villanos más carismáticos de Marvel, el Doctor Muerte, es ridículo: sus apariciones no aportan nada, la mitad del metraje aparece con su rostro real y nada desfigurado, el del actor Julian McMahon, por eso de que hay que amortizar el sueldo de la estrella, y finalmente su última aparición carece de ese toque épico tan de agradecer, y el guión se olvida del personaje dejándolo caer en el fondo del mar.
En cuanto a la aparición de Galactus, mejor hacemos mutis por el foro, que ya sabrán a lo poco, por no decir a nada, a que ha quedado reducido el Devorador de Mundos en el film.
En fin: Los 4 Fantásticos y Silver Surfer es una película lamentable, que parece hecha con la única finalidad, aparte de recaudar en taquilla, de darle la razón a esos que dicen que los tebeos de superhéroes solo pueden interesar a los niños... Unos niños que, a poco que crezcan, detectarán sin esfuerzo las carencias de una película como esta y se harán seguidores de los X-Men de Bryan Singer, el Spider-Man de Sam Raimi... o mejor, el Batman de Christopher Nolan. Porque Los 4 Fantásticos de Tim Story no hay por dónde cogerlos.
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