Amir Valle, uno de sus colegas y compatriotas más venerados por el propio Justo Vasco, fue el encargado por parte de los amigos del autor, su esposa Cristina Macía y Paco Ignacio Taibo II, ambos igualmente escritores, de concluir la narración y darle forma. Ahora, de la mano de Tropismos, el lector español podrá disfrutar de esta magnífica novela negra ambientada en la Cuba inmediatamente posterior al llamado periodo especial.
En el marco de una Habana sometida por la pobreza y la escasez de medios, una jinetera es brutalmente asesinada en un callejón. Pocos días después, el cadáver de un comerciante homosexual es encontrado en las mismas circunstancias. El caso es encargado al capitán Martín del Campo, que en compañía de sus ayudantes, Domínguez y el Bólido, será testigo de cómo las pistas parecen no llevar a ningún sitio, y lo que en un principio parecía un asesino en serie (eso que, según el Estado, no existe ni puede existir en la isla) se convierte casi en una cuestión de Estado.
Justo Vasco era lo suficientemente inteligente, y un gran narrador, como para no dejar que los cadáveres fueran simplemente eso: cuerpos sin nombre. Por tanto, convierte a El guardián de las esencias, si no en una novela realmente coral (el protagonismo de Martín del Campo es indiscutible, quizá solo compartido con Amalio, un vigilante del Régimen), sí en una amalgama de vidas cruzadas; y la prostituta asesinada o Sixtico, el bondadoso pájaro que también tendrá un final violento, tienen su propia voz a lo largo de sus páginas.
El guardián de las esencias es, pues, una novela negra con todas las de la ley: por su trama criminal, que se sigue con interés... y por la indudable relevancia del marco geográfico, político y social donde se desarrolla la anterior, y a través del cual el autor ofrece una visión crítica de su país en una situación que, lamentablemente, se viene prorrogando demasiado.
Y es que esta novela es "endemoniadamente habanera, llena de vida, en donde la trama trascurre en las calles, en medio de balcones con ropa tendida", en palabras de Taibo II, autor del prólogo que precede a la narración. Efectivamente, uno de los mayores logros del autor es captar la cotidianeidad de las vidas de muchos ciudadanos de La Habana que experimentaban muchas dificultades para reunir la comida del día o que debían racionar el agua para cocinar o ducharse.
Finalmente, no podemos concluir esta reseña sin destacar el trabajo de Valle, que asimila la historia y el estilo literario del autor del texto original, resultando prácticamente imposible discernir qué ha escrito uno y qué otro, y dando una consistencia uniforme a una novela que no deberían dejar de leer.
El guardián de las esencias
Justo E. Vasco
(con la colaboración de Amir Valle)
Salamanca, Tropismos, 2007
248 pp. - 16 €
Post Scriptum.- Los interesados en la vida y obra de Justo Vasco no deberían dejar pasar el Dossier que le dedicó la revista Gangsterera en su sexto número, y que incluye, además del homenaje de varios de sus amigos y colegas, un relato inédito y un capítulo de El guardián de las esencias, también inédito en el momento en que fue publicado.
[Fotografías: 2.ª- Justo Vasco (C) Lupercio González; 3.ª- (C) Bert Henning; 4.ª- (C) Paolo de Luca; 6.ª- (C) Jorge Martos.]
Buena recomendación, me conocí al autor, bueno me hablaron de él en el hotel unos tipos currantes lectores, en unos viajecitos a Cuba. Muy bueno. Voy a leérmela ya. Acabo de terminarme SAIDE, una novela colombiana publicada aquí por Periférica. La andaban recomendando en radio 3 un día, y luego al otro en la ser y tenía buena pinta. Creo que tiene que tener que ver con la de Justo Vasco porque hay mucho de retrato de Colombia y el narcotráfico y esas cosas, muy buena. El autor se llama Octavio Escobar.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con su reseña y sus opiniones señor Frankie.
ResponderEliminarFdo. Patón.