viernes, 20 de julio de 2007

¿Hacia dónde va el terror en los cómics?

Quizá sea una pregunta un tanto demasiado genérica, incluso hasta sensacionalista, pero que se nos ha despertado tras leer dos recientes novedades de Marvel y DC emparentadas con el género del terror.



Por un lado, el célebre Marvel Zombies de la Casa de las Ideas, donde el aplaudido Robert Kirkman revisita el Universo Marvel en clave de historia de muertos vivientes, esas que le han dado tanto y tan merecido prestigio; en sus páginas Kirkman apuesta por la fusión del terror con los superhéroes y con el humor negro y decididamente paródico.



Pero, ay, no espere el lector encontrar en esta obra, editada aquí por Panini, el genio desbordante que Kirkman derrocha en Los muertos vivientes y en Invencible. Es más: el lector ajeno a la historia de los cómics Marvel apenas encontrará algún interés en la obra, pues este solo radica en que el fan fatal de la compañía ve como el guionista arremete contra iconos casi intocables hasta el momento convirtiéndolos en monstruos hambrientos de carne humana.

En cuanto a la parte gráfica, destacar el espléndido trabajo de Sean Phillips (Sleeper). Ah, y atención a las portadas de Arthur Suydam, que homenajean en clave zombi portadas de momentos clave de la historia de Marvel.



Mucho más interesante es Hellblazer Especial: Mala Sangre, editada por Planeta. En esta miniserie de cuatro números en su edición original, el guionista Jamie Delano (el primero que se encargó de la colección de John Constantine), sin renunciar al característico sentido del humor del personaje y la serie, se lo toma mucho más en serio para construir una historia ambientada en un futuro distópico: en el Londres del 2025, un Constantine de 72 años vive los estertores de la monarquía británica.



Un posible descendiente bastardo de la realeza, una reality tv movie de máxima audiencia y un culto que ha convertido a la fallecida Lady Di en un icono religioso más célebre que la Virgen María son algunos de los elementos que usa el escritor inglés para demostrar que el terror de calidad no tiene límites. Ni en los cómics ni en ningún otro medio.

Échenle un vistazo. Además, el dibujo de Philip Bond y Warren Pleece es estupendo.

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