El film, cuyo título original es The return of the living dead, iba a ser en principio una exploitation seria de La noche de los muertos vivientes y sus secuelas, dirigidas todas ellas por George A. Romero, en el mismo año en el que este firmaba la tercera entrega de la saga: El día de los muertos. Pero no se sabe en qué momento exacto el asunto se convirtió en una de las mejores mezclas (tampoco había que correr mucho, la verdad) de terror y humor de los años 80.
La cinta arranca, sujétense los cinturones, con un cartel explicativo que intenta convencernos de que todos los hechos del film son reales (como lo oyen), y continúa explicando por boca de uno de los protagonistas, empleado de Suministros Médicos, que el seminal film de Romero está basado también en un hecho histórico: un gas del ejército norteamericano es capaz de convertir en muertos vivientes a los cadáveres, y el mismo se oculta junto con los muertos que inspiraron a Romero en el sótano. Obviamente, vuelve a producirse un escape de gas. Y vuelta a empezar...
La película está protagonizada por tres actores veteranos que suelen desempeñar papeles secundarios: Clu Gulager, James Karen y Don Calfa, y todos ellos ofrecen interpretaciones convincentes (lo juro). Junto a ellos, una pandilla de adolescentes rebeldes y delincuentes juveniles donde destaca Linnea Quigley, una de las scream queens o "Reinas del Grito" más populares de los 80, en su primer papel destacado: el de una punk que baila desnuda sobre las tumbas (tal cual) antes de convertirse en zombi.
Con todo, créanme, el film es más entretenido de lo que parece, gracias a que su director, Dan O'Bannon (más conocido por ser uno de los guionistas de la saga Alien, y que solo repetiría como director con la lovecraftiana The Resurrected) no se decanta por el humor burdo ni tampoco por el terror rutinario, sino que logra un equilibrio perfecto... aunque fuese por casualidad. Hay que verla, demonios.
Tres años después contaría con una primera secuela, dirigida por Ken Wiederhorn, Return of the living dead 2 (1988), que un servidor no ha tenido el placer de ver. Titulada aquí La divertida noche de los zombies, porque al parecer se decantaba claramente por su lado humorístico, se supone que queda lejos de las excelencias (es un decir) del título original.
La que sí pudimos ver en su día es Return of the living dead 3 (1993), conocida aquí como Mortal Zombie, lamentable film dirigido por Brian Yuzna que volvía a mezclar horror y humor aunque privilegiando al primero, y donde solo los sadomasoquistas más morbosos encontrarán algún interés: no solo por su lamentable calidad intrínseca, sino por poder ver a Mindy Clarke, después Melinda Clarke, convertida en una muerta viviente muy sexy y aficionada al S/M, adelantando su papel secundario de madame que atraerá a Gil Grissom en una temporada de CSI Las Vegas.
Finalmente, creo que hay una cuarta y quinta entregas, subtituladas Necropolis y Rave to the grave, y dirigidas ambas por Ellrory Elkayem en el 2005 (sí, las dos), pero si quieren que les diga la verdad, ni yo me atrevo con semejante material. O igual sí, un día de estos...
[Imagen 4.ª: Linnea Quigley. Foto promocional.]
Vaya decepción: acabo de descargarme EMBRIAGADO DE AMOR, pero ya no me apetece verla. Además, tengo en curso NECROPOLIS, pero porque pensaba que era la de Vincenzo Natali... Ando lento de reflejos.
ResponderEliminarMás lento ando yo, que no conocía ese film de Natali... Me quedé en CUBE y CYPHER, y esta última ni siquiera pude verla...
ResponderEliminarSobre la última de Anderson... hombre, pruebe, que para gustos los colores...
Sin ir más lejos, aquí un defensor de dicha película, una mirada cariñosa a una pareja peculiar donde las haya, una historia de amor fou à la Anderson que, si bien es cierto, anda lejos de sus mejores obras, no es desdeñable en absoluto.
ResponderEliminarEse sería mi color ;D