Aunque así lo manifiesten el subtítulo y el dossier de prensa, Te quise como sólo se quiere a los cabrones no es tan sólo la crónica de una historia de amor rota contada desde el rencor. Sí, hay rencor en sus páginas, pero también hay un intento de comprensión, una capacidad autocrítica, una de cal y una de arena.
Como en la vida. Porque esta novela gráfica, primer trabajo publicado de la guionista María José Giménez e ilustrado por José Miguel Fonollosa, es un slice of life autóctono en toda regla, que intenta (y en muchas ocasiones logra) captar la ambigüedad inestable de la cotidianeidad.
La narración arranca con la ruptura de la pareja que forman Miranda, protagonista de la obra, y Pedro. Ambos se conocieron en un chat de internet, y al poco tiempo ella se fue a vivir con él. Tras cuatro años de relación, minada por las estrecheces económicas, el escaso romanticismo de él y las sospechas y los celos de ella, esta se rompe. Es entonces que empieza lo más duro: como afirma la propia Miranda, ahora vuelve a estar en la casilla de salida.
A lo largo de las páginas de este cómic publicado por Dibbuks, los autores entremezclan a la perfección presente y pasado, en un único discurso contado diáfanamente y en el que el lector nunca se pierde, con personajes secundarios (la familia, los amigos) bien descritos en apenas unos trazos.
Te quise como sólo se quiere a los cabrones no aporta nada novedoso al género. Tampoco es su intención: simplemente constituye una historia real (porque lo parece, y además muy posiblemente lo sea, con todos los matices en cuanto a libertad creativa que se quieran señalar), con la que resulta fácil identificarse siempre que hayas tenido alguna relación sentimental más o menos estable, con sus pros y sus contras, sus momentos de felicidad y de tristeza.
Título: Te quise como sólo se quiere a los cabrones
Autores: María José Giménez (guión) / José Miguel Fonollosa (dibujo)
Editorial: Dibbuks
Fecha de edición: abril de 2007
112 páginas (b/n) - 8 €
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