Más de diez años después de debutar como director con la competente Una historia del Bronx, el actor Robert De Niro ha vuelto a ponerse tras las cámaras para filmar El buen pastor, crónica del nacimiento de la CIA, la organización de Inteligencia de los Estados Unidos de América.
El guión de El buen pastor llevaba años pululando por las oficinas de Hollywood: obra de Eric Roth (Munich), es un libreto que se caracteriza por una lógica complejidad que lo aleja de la mayoría de producciones del Hollywood actual. En un principio, el proyecto iba a filmarlo Francis Ford Coppola (que finalmente sigue firmando como co-productor), si bien fue el veterano John Frankenheimer quien más se dedicó a la preparación del film contando con De Niro como uno de los protagonistas. Pero su fallecimiento truncó el proyecto, y el propio actor ha acabado encargándose de dirigirlo.
Si en Una historia del Bronx De Niro parecía demostrar haber aprendido de uno de sus mentores y amigos, Martin Scorsese (que lo ha dirigido en numerosas ocasiones, destacando Taxi Driver, Toro salvaje, Uno de los nuestros y Casino), aquí es Coppola (que lo dirigió en El Padrino II, cinta que le supuso la primera estatuilla al intérprete) y algunas de sus películas (la trilogía de la Mafia, pero también Tucker: un hombre y su sueño) la referencia clave.
A través de la figura de Edward Wilson, que interpreta un comedido y ajustado Matt Damon, De Niro retrata el nacimiento de la CIA, desde sus orígenes en la década de los 40 hasta los conflictivos años 60, con la invasión de Bahía de Cochinos y la resistencia del ejército cubano, y de cómo el desarrollo de este trabajo repercute en la vida privada de los espías, que carece de todo el glamour que difundieron en su día las novelas y las películas del James Bond de Ian Fleming.
Así, encargarse de esas cosas de mayores (como las llama Wilson cuando su hijo requiere su atención) obliga al protagonista a elegir entre su familia y su país, optando por esto último... si bien desde su punto de vista el proteger a la primera pasa por defender al segundo.
El reparto de la película es magnífico, y cuenta con nombres de la talla de Angelina Jolie, Billy Cudrup, John Turturro, unos episódicos Timothy Hutton y Joe Pesci, así como el propio De Niro. No obstante, hay que destacar el impecable oficio del siempre excelente William Hurt como superior de Damon, el cada vez mejor Alec Baldwin como agente del FBI confidente del anterior, y muy especialmente a Michael Gambon como profesor universitario y agente del Servicio de Inteligencia Británico.
El resultado final es una película sobria, antiépica, fría como el empeño profesional de sus protagonistas, pero en cuyo corazón late la cálida sensación de una humanidad herida por su patriotismo. Una cinta espléndida, adulta, que hay que ver y revisar con atención, y que es también, como el trabajo de contraespionaje de Wilson, una cosa de mayores, por lo que no será del agrado de la media de los espectadores, cada vez más alienada y acomodada en las historias de siempre.
A mi me resulto fria de mas, muy bien hecha pero sin chispa.
ResponderEliminarOtra pega para mi gusto es que no queda claro el momento de la "sorpresa" contenida en libro que se supone mas que se ve.
Pues a mí me gustó mucho, pero cierto es que la película es lenta.
ResponderEliminarMe da la sensación que con varios visionados (y en V.O.S., claro) mejorará bastante.
También me recordó bastante a Érase una vez en América, aparte de por el hecho de que Joe Pesci salga un minuto en ambas.....