Tengo que confesar que nunca he leído una novela de Stephen King. Supongo que el hecho de conocer sus historias a priori, gracias a las películas basadas en ellas, ha provocado una fuerte sensación de pereza a la hora de abrir un libro suyo, optando por dedicar ese tiempo a escritores, de terror o no, menos o nada mimados por la industria de Hollywood.
Por ello no puedo hablar de su estilo narrativo, pero el haber visto prácticamente todas las películas basadas en sus novelas lo hace a uno apto para conocer sus resortes argumentales y las características más destacadas de sus relatos y sus personajes.
Stephen King es al género de terror, a grandes rasgos y salvo contadas excepciones, lo que la comida precocinada a la gastronomía: una solución rápida, funcional, en ocasiones incluso satisfactoria, pero siempre rutinaria y lejos de las mejores excelencias que puede ofrecer dicho ámbito.
Ojos de fuego, la única película de entre las suyas estrenadas en España que un servidor no había visto hasta ahora, es un buen ejemplo de ello: recupera, remedados, elementos de novelas-películas anteriores (la telequinesis de Carrie y las visiones del futuro de La zona muerta se convierten aquí en piroquinesis, telepatía y control mental), y sus personajes protagonistas son muchas veces individuos aparentemente corrientes que por una razón u otra se deben enfrentar a fuerzas superiores (muchas veces gubernamentales, como en este caso).
La película supuso el primer papel protagonista para Drew Barrymore después de que Steven Spielberg la descubriera para el gran público en su E.T. (El Extraterreste). La actriz, después de una precoz adicción al alcohol y las drogas, volvería como un ave fénix a participar en diversas producciones de Hollywood (en ocasiones hasta como productora: recordemos la maravillosa Donnie Darko).
El reparto se completa con David Keith, Martin Sheen (que ya fue el villano de otra adaptación de King: la citada La zona muerta) y un estupendo George C. Scott, que como casi siempre se convierte en lo mejor de la función sin ningún esfuerzo. El director, Mark L. Lester, sustituyó al inicialmente previsto John Carpenter... y se nota: esta Ojos de fuego recuerda también a los momentos menos inspirados del autor de La Cosa, así como al Brian De Palma de La furia y otras cintas sobre la investigación de poderes paranormales.
Así pues, Ojos de fuego es una cinta entretenida, pero rutinaria. Como casi todo el cine basado en textos del Rey del Terror Moderno, con contadas excepciones como Carrie, Misery, Cadena perpetua... o la que todavía es la obra maestra cinematográfica que ha surgido de su imaginación: El resplandor, aunque el mérito fuese de Stanley Kubrick y de Jack Nicholson.
Aquí me erijo yo en defensor absoluto de Mr. King. Si bien su prolífica producción provoca enormes altibajos de calidad, y algunas de sus novelas pueden ser material de derribo, lo cierto es que muy pocas cintas hacen justicia a las novelas de King, eliminando tramas y personajes, "simplificando" un material muy rico. Así en Ojos de Fuego se pierde por completo la tragedia de esa familia de dos siempre huyendo, o la riqueza del personaje de George C. Scott, aquí apenas esbozado. Cementerio de animales, más que digna cinta de terror se regodea en los aspectos más efectistas y escabrosos de un libro que trata de forma mucho más profunda el temor atávico a la muerte y la forma en que sobrellevamos esas tragedias cotidianas. Misery, un estudio sobre la condición del autor y los sistemas de producción editorial yanqui quedaba reducida a una -estupenda- historia de obsesión y maltrato extremo. Y así ad infinitum. Hasta Carpenter eliminó unas cuatrocientas páginas de Christine para elaborar un mascadito producto de terror adolescente que supone el punto más bajo de su carrera como director. Sólo cuando se han acercado los cineastas a su obra con fidelidad y respeto podemos hablar de auténticas adaptaciones en las que la calidad de la obra de Stephen King habla por sí sola. Curiosamente tres de las llamadas cuatro estaciones han sido merecedoras de ese honor: Verano de Corrupción (Alumno aventajado), Cuenta Conmigo (El cuerpo), Cadena perpetua (La redención de Shawshank). Sumemos La milla verde a esas tres cintas y poco más de digno queda en las adaptaciones de King, ni siquiera en las que él ha intervenido directamente.
ResponderEliminarBuffff, qué parrafada, y eso que es domingo ;)
Si a lo mejor tendría que darle una oportunidad, pero hay tantas cosas interesantes por leer... y créame, me llama más releer a Barker que leer a King. ¿Será que me hago mayor?
ResponderEliminarNo, que cada uno tiene sus filias y fobias. Pero ya le digo que hay varios libros de King imprescindibles de verdad en cualquier biblioteca de terror: El resplandor, El misterio de Salem's Lot, La zona muerta e It (ésta una novela monumental, de compleja estructura narrativa y trama apasionante que he podido leer unas cuatro o cinco veces).
ResponderEliminarY Barker, claro, siempre ;)
El Señor King ha sido mi "padre" literario durante muchos años. Tiene mucha mierda, pero cuando hace algo bien, le sale MUY BIEN.
ResponderEliminarHoy por hoy, sin embargo, de sus obras, mi favorita es "Mientras escribo", con sus truquitos para una buena narrativa y ejercicios de escritura, como los cuadernillos Rubio.
I LOVE YOU STEPHEN!!!
Curiosamente, a ese MIENTRAS ESCRIBO sí le tengo ganas, por las opiniones favorables de gente que la ha leído, y por alguna cosilla suelta que he tenido el gusto de catar.
ResponderEliminarY ahora, otra opinión favorable que se suma...
También quiero leer DANZA MACABRA (aquí, Valdemar), el ensayo de King sobre el género del terror, tanto literario como cinematográfico...