Trapped ashes es, con diferencia, lo peor visto en el último Festival de Cine de Sitges por el que esto suscribe. Un servidor iba con la esperanza de ver un producto digno dentro del subgénero de cine de terror de episodios, como el que se estilaba en los años 70 (¿quién no recuerda la estupenda Doctor Terror producida por la Amicus y con, entre otros, Peter Cushing y Christopher Lee en su reparto?)
Si además la cinta cuenta con firmas reconocidas, como uno de los máximos representantes del cine independiente norteamericano, Monte Hellman, además de con Joe Dante, Sean S. Cunningham y Ken Russell, la cosa debería ser cuanto menos interesante.
Pero no lo es: Dante es quien mejor sale parado, pues su labor es también la más fácil: dirige las escenas que acontecen en el presente y que sirven de engarce a todas las historias. Pero luego, ay, Ken Russell cae en el ridículo con "La chica de los pechos de oro"; Cunningham (el padre de Jason Vorhees de Viernes 13, nada menos) aburre con "Jibaku"; Hellman no pasa del homenaje burdo a Kubrick con "La novia de Stan"; y el debutante John Gaeta culmina la faena con la pobrísima "Mi gemelo, el gusano".
En fin, un producto para olvidar, que parece televisivo aunque no lo sea, y al que no salvan, por mucho cariño que el espectador quiera ponerle al asunto, las presencias cult de actores como Henry Gibson o John Saxon, ni mucho menos la (presunta) sorpresa final.
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