Tras su largo periplo en la industria hollywoodiense (largo en años más que en títulos), Paul Verhoeven vuelve al cine holandés por la puerta grande: Black Book es el título internacional de su Zwartboek, una cinta histórica sobre la resistencia holandesa durante el régimen fascista de Hitler.
La película, protagonizada por una joven holandesa que se ve obligada por las circunstancias a trabajar dentro de la organización de las SS como agente para la resistencia de su país, nace con la vocación de convertirse en un clásico, y probablemente lo consiga, pues lo tiene todo para gustar: épica, romance, humor, acción y otros muchos elementos propios de los clásicos de cualquier arte narrativa.
Verhoeven, según manifestó en la rueda de prensa, ha utilizado material de investigación de hace más de veinte años, recopilado para su Eric, oficial de la Reina, pero que quedó fuera por el carácter patriótico de la cinta protagonizada por Rutger Hauer. Ahora, con Black Book, se ha atrevido a mostrar también el lado más oscuro de los héroes holandeses que se enfrentaron al nazismo.
El tiempo ha pasado, pero Verhoeven no ha olvidado su manera de ver las cosas, y hay en la historia tanta crudeza (conceptual y gráfica) como en sus mejores títulos. De ahí que pueda considerarse que Black Book es a las películas bélicas sobre el nazismo lo que Los señores del acero fue a las cintas de aventuras medievales: una odisea de carne y sangre.
Finalmente, destacar que su película nos descubre a una gran actriz, Carice van Houten, en el papel protagonista. Esperemos verla más a menudo en la pantalla grande, que llena con su presencia aparentemente sin mucho esfuerzo.
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