Es difícil ver una película de nacionalidad esloveno-croata sin que se aprecie la alargada sombra de Emir Kusturica. Ya en el arranque de Defosaenfosa, el autor de Papá está en viaje de negocios y Underground viene a la memoria del espectador en cuanto oímos los instrumentos tradicionales de la música balcánica.
El protagonista de Defosaenfosa, Pero, es un compositor y recitador de discursos fúnebres cuyo padre, deprimido tras la muerte de su esposa, intenta suicidarse repetidas veces. Por lo tanto, la muerte es el pan nuestro de cada día en su existencia cotidiana. No obstante, Pero y los suyos consiguen disfrutar de los pequeños placeres de la vida, casi siempre con una sonrisa en los labios.
Esta mezcla entre comedia y drama que el cineasta Jan Cvitkovič imprime a la historia de Pero también es rasgo típico de la obra de Kusturica. Pero Cvitkovič tiene la osadía de apartarse de la sombra de éste y en el último acto de la historia, además sin diálogo alguno que subraye la acción física, consigue conmocionar al espectador con un giro radical hacia la tragedia más absoluta.
La recompensa de su atrevimiento es un final verdaderamente memorable, cargado de romanticismo, y que consigue dar entidad propia a una película que merecería más atención de la que tuvo en el momento de su estreno. Si tienen ocasión de recuperarla en circuitos de versión original, por donde todavía circula, no pierdan la oportunidad.
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