jueves, 24 de agosto de 2006

De la Casa Blanca a Taipei

Durante estas pasadas vacaciones tuvimos la oportunidad, de nuevo, de asistir a las diferencias entre el cine comercial hollywoodiense y el cine independiente venido de otras latitudes. Y vaya por delante, aunque muchos ya lo sabrán, que a priori no tengo nada en contra de las grandes superproducciones norteamericanas, siempre que estén hechas con dignidad y oficio. Sobre todo porque algunas son verdaderas joyas del séptimo arte.

Pero La sombra de la sospecha, lamentablemente, no se cuenta entre estas últimas. La película está construida para el lucimiento exclusivo de Michael Douglas (cuyo personaje repite las características de otras muchas creaciones suyas), lo cual se aprecia especialmente en el escaso relieve que se da a los personajes de dos actores muy populares tras su paso por series de televisión: Kiefer Sutherland y Eva Longoria. Sobre todo en el caso del papel interpretado por la estrella latina de Mujeres desesperadas: podría tratarse de un hombre, de la edad, raza y características que se quieran, que la historia no cambiaría un ápice.



En cambio, si la película dirigida de Clark Johnson se caracteriza por pasar de puntillas por la vida de muchos de sus personajes, el cine de Edward Yang se define por todo lo contrario: buena prueba es su Yi Yi, que después de cuatro o cinco años desde su estreno español arribó a Alicante durante una única semana. A lo largo de casi tres horas, Yang construye un fresco caleidoscópico acerca de los miembros de una familia taiwanesa y de aquellos con los que sus miembros, por razones sentimentales o profesionales, se relacionan.



Yi Yi es una gran obra maestra de ese cine que, al estilo de Rohmer o de Cassavetes, se propone imitar a la vida. Y esta historia, en la que el pequeño Yang Yang fotografía los cogotes de la gente para ayudarles a ver la mitad de la Verdad que no alcanzan a divisar, lo logra con creces.

1 comentario:

  1. ¿La de Fernando Colomo? Si te digo la verdad, la comedia española en general no es precisamente mi fuerte...

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