No, no se hagan ilusiones, no es que en la cartelera haya varias películas que merezcan mucho la pena. Este fue un fin de semana de buen cine doméstico, ideal no sólo para ahorrarse unos cuartos (las entradas de cine se están poniendo imposibles), sino para reencontrarse con estas magníficas películas que no defraudan por muchas veces que las revises.
Por razones que no vienen al caso, me vi en la agradabilísima obligación de volver a ver dos de mis películas favoritas: 2001: Una odisea del espacio y Apocalypse now.
La primera sigue siendo una de las experiencias visuales más atrevidas y provocativas de la historia del cine: con ella, Stanley Kubrick se permite el lujo de narrar la historia de la humanidad en la elipsis más brutal del séptimo arte, aquella que encadena el hueso prehistórico y la nave que flota en el espacio exterior. 2001, según el relato "El centinela" de Arthur C. Clarke, es una película que con el paso de los años no sólo no se agota, sino que crece y amplía el número de posibles lecturas y sensaciones que transmite.
Por su parte, el Apocalypse now de Francis Ford Coppola, vista en su versión Redux (tres horas y cuarto de pesadilla tangible), me sigue pareciendo con diferencia la mejor película ambientada en la guerra de Vietnam, muy por encima de cintas tan populares y celebradas como Platoon de Oliver Stone o La chaqueta metálica del mismo Kubrick. Sólo El cazador, de Michael Cimino, se le acerca. Pero no la llega a tocar, porque Apocalypse now es, al respecto, intocable.
Por si esto fuera poco, y sin llegar a las excelencias de las cintas citadas, revisé también ¿Quién puede matar a un niño?, una película que no pasará a la historia como una obra maestra del celuloide, pero sí como uno de los títulos más memorables del cine de terror patrio, gracias a su falta de pretensiones y a que, para qué vamos a andarnos con rodeos, consigue su propósito con creces: mantener en vilo al espectador introduciéndolo en una situación desesperada y agobiante. Ojalá Narciso Ibáñez Serrador, director también de la anterior La residencia, volviera a hacer cine del género para la gran pantalla.
En fin, si no quieren arriesgarse con la cartelera actual, recurran al DVD: películas como las de Kubrick y Coppola, incluyendo otros títulos de tan geniales cineastas (pienso en Atraco perfecto, Lolita o Barry Lyndon del primero; La conversación o la saga de El Padrino del segundo) son apuestas seguras en estos tiempos que corren...
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