Una de las mayores recompensas que puede dar el tener un blog, y una de sus principales razones de ser, si no la que más, es la de poder llamar la atención sobre algo que has visto o has leído y que, lamentablemente, podría pasar inadvertido para buena parte del público al que sin duda satisfaría.
Una de mis lecturas de los últimos meses que cumple con creces esta condición es Strangehaven, de Gary Spencer Millidge.
Millidge es un autor inglés prácticamente desconocido en España. Que recuerde, sólo estaba disponible un estupendo libro homenaje a Alan Moore, que Millidge edita en Gran Bretaña y en el que participa con la biografía en viñetas del genio de Southampton que abre el volumen.
Gracias a Planeta de Agostini, podemos disfrutar ahora de su creación más conseguida y personal, la citada Strangehaven, una serie que todavía no ha concluido en su versión inglesa y que allí edita el propio autor. Esto es, se trata de un cómic verdaderamente independiente, no sólo desde un punto de vista creativo, sino también comercial.
Strangehaven está protagonizada por Alex Hunter, un individuo que tras el abandono de su esposa decide hacer un viaje para desconectar. Una noche se le aparece una joven en mitad de la carretera, lo que provoca un accidente de coche. Cuando despierta en el hospital, Hunter descubre que la chica ha desaparecido, y que él se encuentra en Strangehaven, un pequeño y semiolvidado pueblecito inglés.
El verdadero protagonista del cómic es esta villa cuyo nombre da título a la obra, y las gentes que en ella viven: un verdadero crisol de razas, clases y comportamientos, donde la narración de tintes costumbristas da paso a ocasionales fogonazos fantásticos que en principio desconciertan pero que más tarde el lector integra en su recepción de la historia con total naturalidad. Como afirma Dave Gibbons en el prólogo del tercer tomo, recién aparecido en España con el título "Conspiraciones", es como si un tipo metiese sus fotos con material pornográfico entre las instantáneas de las vacaciones.
En fin, estamos ante una suerte de Twin Peaks secuencial, con intrigas policíacas y cultos masónicos, sin olvidar algo tan complejo y en ocasiones inquietante como las propias relaciones afectivas que se establecen entre las personas. Un cómic que no debería pasar inadvertido, y donde el estilo fotográfico de Millidge, en un blanco y negro cuidado y sin estridencias, se pone al servicio de la historia con un resultado impecable.
Pues eso, que le deis una oportunidad. Seguramente me lo agradeceréis.
Me gusta Stranghaven, aunque todavía no he leído el tercer tomo. De todas maneras adolece de la falta de una trama que enganche al lector.
ResponderEliminarY yo que creo que sí tiene esa trama... Y yo que creo que aun no teniéndola, si consideras que no la tiene, engancha igualmente...
ResponderEliminarMe sorprendes tebeonauta
ResponderEliminar..que no tiene trama???
a mi entender,tiene un monton de tramas...
pero un monton.
Entiendo que Tebeonauta se refiere a una trama QUE LE ENGANCHE A ÉL, y ya sabes lo que se dice de los gustos y los colores...
ResponderEliminarpor eso lo digo,pq sigo su blog.
ResponderEliminarlo respeto.
pero me sorprende.
a mi,strangeheaven me parece una de las propuestas mas frescas y originales de los ultimos tiempos.
cotidianidad dentro de realismo magico.