Por fin, tras el atracón de los primeros tomos de Mortadelo y Filemón de la colección de cómic español del diario El Mundo, así como uno de Zipi y Zape de Escobar, se publicó ayer el primer tomo de la serie dedicado a la más famosa creación de Jan: Superlópez.
Esta famosa versión paródica del Superman de Siegel y Shuster siempre fue una de las mejores series publicadas en los antiguos álbumes Olé de la editorial Bruguera. Las diez primeras aventuras del, en terminología de Luisa Lanas, "supermedianía de acero", son una magnífica prueba del talento de su creador. Historias como "Los alienígenas", "El Señor de los Chupetes" (parodia, claro está, de la famosa trilogía de Tolkien), "Los Cabecicubos" o "La caja de Pandora" son obras maestras indiscutibles en su género. Sin olvidar, claro está, las dos historias del Supergrupo, cuyos chistes resultaban deliciosos para los fanáticos de los cómics Marvel a los que hacían jocosa referencia.
Pero, ay, las historias publicadas en el tomo distribuido ayer forman parte de la decadencia de la serie. Los álbumes en cuestión son "Las montañas voladoras", "Monster Chapapote" y "El asombro del robot". Dejando a un lado esta última, que recupera al protagonista del film Cortocircuito y que un servidor ya había leído en su día, las dos primeras no son sino una sombra de los logros de los anteriores álbumes de Jan. Sin duda porque el incremento de su producción (varios álbumes al año, en lugar de uno solo) ha venido en detrimento de su calidad (sobre todo en lo que a los guiones se refiere).
Eso sí, resulta curioso que en las historias que he podido leer de esta colección, sean de Jan o de Francisco Ibáñez, se haga referencia en ambas a las metidas de pata del ejercicio como gobernantes de Aznar... y Álvarez Cascos. Lo que demuestra que sus autores, por más que ejerzan el noble oficio del cómic humorístico, no dan la espalda a la realidad del momento en que concibieron sus obras.
En fin, dicho esto, señalar que nos queda el consuelo de que siempre podremos releer los clásicos del Superlópez de Jan, y esperar que un día de estos vuelva, nunca mejor dicho, a remontar el vuelo.
(Y si se han quedado con ganas de saber más de Superlópez, pásense por esta curiosa web: La Página Escarolitrópica Gmnésica De Superlópez).
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